La Orden Rosacruz AMORC tiene como divisa: “La mayor tolerancia dentro de la más estricta independencia”. Esto significa que no está unida a ninguna otra organización, a excepción de la Orden Martinista Tradicional, movimiento filosófico que perpetúa las enseñanzas de Louis Claude de Saint Martín, gran filósofo del siglo XVIII. Precisamente cultivar esta independencia es lo que permite a la Orden Rosacruz tener una completa tolerancia con respecto a los demás movimientos, ya que su función no es juzgarlos o criticarlos, sino transmitir sus propias enseñanzas a aquellos que lo deseen.
La divisa que la AMORC aplica con respecto a cualquier otro movimiento, se encuentra en la misma raíz de sus enseñanzas. En otras palabras, la filosofía mística que perpetúa está libre de dogmas y no incluye ningún credo sectario. Por eso, desde el principio de su afiliación se le pide a cada Rosacruz que sea siempre un auténtico “punto de interrogación” ante los conocimientos que se le transmiten. En todo momento, es libre de rechazar los principios que se opongan a su comprensión personal o que no tengan su aprobación. A este respecto, el objetivo del rosacrucismo no es dar a cada miembro respuestas categóricas sobre tal o cual tema, sino más bien inducir a los miembros a que se planteen preguntas. Este procedimiento cultiva un espíritu tolerante, estableciendo las bases de una personalidad independiente en la elección de sus convicciones filosóficas.
Siempre en aplicación de su divisa, hombres y mujeres tienen un estatus de completa igualdad en el seno de la Orden. De hecho, fue la primera escuela mística en reconocer la igualdad de sexos y en ofrecer a todos la posibilidad de adquirir el conocimiento de las leyes naturales y espirituales. Tanto en los ciclos anteriores como en el actual, siempre ha permitido que todos los buscadores, sin discriminación alguna, puedan servir mejor a la humanidad y consagrarse a los más nobles ideales, Así, desde hace siglos, con la mayor tolerancia y en la más estricta independencia, la Orden Rosacruz AMORC da a todos los que se interesan en los misterios de su propia naturaleza, la posibilidad de actuar sobre las circunstancias y de adquirir el Dominio de la Vida.