Como sabemos, existen tres dimensiones fundamentales para describir el mundo material y todo lo que contiene, en este caso la longitud, la anchura y la altura, que se asimila a veces al grosor. Dicho esto, los Rosacruces han considerado siempre que estas tres dimensiones no bastan para definir la naturaleza de las cosas. A título de ejemplo, el hecho de saber que una regla tiene 30 cm. de longitud, 2 cm. de anchura y 2 mm. de grosor no permite decir de qué material está hecha. ¿Es de madera, de plástico, de hierro? Por esta razón las enseñanzas rosacruces se refieren a menudo a una cuarta dimensión, que no es otra que la frecuencia vibratoria de los objetos y los cuerpos materiales. En la mayoría de los casos, esta frecuencia puede medirse con la ayuda de aparatos científicos sofisticados. En otros, solo puede ser percibida por medio de las facultades del alma y debe ser considerada entonces como un estado de conciencia o un fenómeno extra-sensorial.