La Orden Rosacruz AMORC no tiene posición oficial sobre la clonación. Diremos simplemente que numerosos Rosacruces piensan que la manipulación genética, que consiste en clonar un ser vivo a partir el otro, es condenable y que es la demostración perfecta del proverbio: “Ciencia sin conciencia sólo es la ruina del alma”. Aplicado al hombre, la clonación es tanto más grave cuanto que afecta a la dignidad humana. En efecto, debemos pensar cuáles serán las reacciones de los individuos clonados cuando comprendan lo que son, cómo han sido creados y porqué lo han sido, sobre todo teniendo en cuenta que investigaciones serias establecieron que las personas favorables a la clonación tenían previsto recurrir a esta manipulación para auto-perpetuarse a través de su clon, lo que indica un relativo egocentrismo y un materialismo evidente.

Dicho esto, la clonación plantea un problema que no es solamente de carácter ético, sino también místico. En efecto, cabría preguntarse qué tipo de alma se personificará en un clon humano, habida cuenta de la manera en que se habrá creado y las razones para las cuales lo habrá sido. ¿Se tratará de un alma humana o de un alma animal? En el segundo caso, puede plantearse la cuestión de qué forma de conciencia tendrán los seres que tengan el cuerpo de un humano y el alma de un animal, y por lo tanto cómo evolucionarán.